Reivindicar el trabajo creativo. Art is Work
Reivindicar el trabajo creativo: La creatividad es inherente al ser humano, pero los diseñadores, los arquitectos y los artistas todavía seguimos dando explicaciones para que los clientes reconozcan nuestro trabajo.
Art is Work
«Art is Work» (El arte es trabajo) es la frase que da la bienvenida en el estudio de Manhattan (NYC) del gran diseñador gráfico Milton Glaser (1929-2020)
Recuerdo que en 1987 fue a la Facultad donde yo recién empezaba mi carrera de Diseño Gráfico, a dar una charla magistral junto con Jean Michel Folon, con motivo de una exposición que realizaban ambos en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, a la que también pude asistir.
Fue allí que Milton Glaser, mostrando una primera imagen proyectada, pronunció esa frase: “Art is work”, y nos dijo a los estudiantes que estábamos dando nuestros primeros pasos en la carrera, que nunca regalemos nuestro trabajo, que ser artista era una profesión y no solamente un hobby o entretenimiento, que el hecho de amar y gozar con nuestro trabajo no le quita su condición de tal, que hay gente que necesita de nuestro “arte” y está dispuesta a pagar por él.
Volver a recordar
En 2018 viajé a New York y por supuesto, la ciudad estaba colmada de su icónico diseño “I LOVE NY” en todas las tiendas de gifts, y se me ocurrió pensar si todavía tendría su estudio en Manhattan, lo busqué en el GPS de mi celular y finalmente lo encontré, a pocas cuadras del Chrysler Building.
Y allí me encontré 31 años después con esa frase que había olvidado: “Art is work” y me puse a pensar en la cantidad de veces que nuestra profesión “artística” es subestimada o menospreciada a la hora de establecer un precio por nuestro trabajo.
Lo que me llamó a la reflexión es por qué Milton Glaser eligió poner esa frase en la entrada de su estudio por sobre cualquier otra, cuando cualquiera esperaría al menos un logo, para uno de los estudios de diseño más prestigiosos de New York.
Pero no fue así, lo primero que este gran diseñador gráfico quiso que entiendas “en tres palabras” es que si vas a su estudio y pretendes contratar sus servicios, ¡debes pagar!
Reivindicar al profesional creativo
Este es el primero de una serie de blogs que voy a escribir en mi web y en primera persona, contados desde mi propia experiencia y percepción en casi 30 años de profesión.
La misión de todos ellos, además de informar acerca de temas relacionados con diseño, es reivindicar el trabajo profesional creativo del diseñador gráfico a través de temas cotidianos como el diseño de imagen visual, diseño web, etc.
Pretendo a través de mis artículos, que los clientes conozcan un poco más acerca de los aspectos que muchas veces no se ven de los trabajos que nos encargan a los diseñadores, además de hacerles conocer un lenguaje básico necesario para entendernos.
Pero por sobre todas las cosas, que comprendan que diseñar es un proceso creativo, que lleva tiempo y requiere de una mirada profesional que permita llevar a cabo de manera eficaz la idea que puede tener el cliente.
Estudios, conocimientos, formación, educación, capacitación, ética profesional, y por sobre todo “experiencia”, son algunos de los factores que validan esa “mirada profesional” que los diseñadores estamos dispuestos a brindar.
Cuando un cliente decide contratar a un profesional es que necesita resolver un problema de identidad o de comunicación propio de cada cual, y eso no se encuentra en video tutoriales o en la web.
Competir con incompetentes
El diseño gráfico tiene algunos factores “negativos” para rol del profesional, y es que muchas de sus herramientas digitales están al alcance de cualquier persona y de manera gratuita, y su uso básico puede parecer muy sencillo e intuitivo para animar a una persona o empresa a prescindir de los servicios de un profesional.
Existen infinidad de páginas en internet que alientan a la gente a crear su logo gratis, su sitio web sin conocimientos de programación, su tienda online, o simplemente sus posteos en redes sociales, mediante plantillas prediseñadas que lucirán “profesionales” sin ser un experto.
Y es así que cualquiera puede hacer “diseños” visualmente aceptables, pero conceptualmente equivocados.
Los diseñadores muchas veces nos vemos obligados a competir con esto en cuanto a los presupuestos, y realmente no se puede, ya que se trata de universos totalmente distintos. No se tiene en cuenta la experiencia del diseñador, ni la visión ni la calidad… solamente el precio y todo se reduce a un número sin ningún tipo de valor agregado.
Las cosas por su nombre
Una marca o un logo no es un dibujito, un sitio web no es un perfil de Facebook o Instagram, y esas no son estructuras sólidas para insertarse en un mercado comercial competente, son tan solo complementos de una estructura mucho más estratégica y compleja.
Alguna vez leí un meme que decía una gran verdad: “El que cree que cuesta caro un profesional, no sabe lo caro que cuesta un incompetente”
Hacer las cosas mal lleva tiempo y dinero y no logra los objetivos planteados. ¿Por qué no hacer las cosas bien desde el principio de la mano de un profesional capacitado?
Muchas veces me llaman clientes para que “los ayude” a arreglar algo que ellos mismos intentaron hacer con escasos conocimientos de diseño, alegando que no disponen de presupuesto…
“No puedes correr una maratón en ojotas, y pretender ganarla”, es una de mis frases siempre listas para la ocasión.
Toda puesta en marcha de un negocio, por mínimo que sea, requiere de una planificación estratégica y una inversión económica previa, de lo contrario irá condenado al fracaso.
¿Cuál es el precio de una idea?
Los creativos vendemos productos y servicios muchas veces intangibles, subjetivos, irreales… ¡pero necesarios!
Tan necesarios como lo es una idea misma, que no se ve, pero se escucha y se siente, y por sobre todas las cosas, resuelve problemas de comunicación en la vida cotidiana de las personas.
De eso se trata el proceso creativo, de generar ideas que sirven, que inspiran, que comunican, que traspasan, que prenden, que trascienden, que llegan…
Una idea es el primer paso para poner en marcha el motor, y si esa idea es creativa, coherente, lógica y acertada, el recorrido será más fluido y ameno, y los resultados más óptimos.
“Art is work”… Te invito a que trabajemos juntos haciendo del arte un camino certero para concretar tus metas.
Valga este humilde homenaje al maestro Milton Glaser quien nos dejó hace poco, precisamente el día de su 91º cumpleaños.
Adrián Pablo Conti
Soy Diseñador Gráfico y Web egresado de la Universidad de Buenos Aires (FADU-UBA)
Desde 1993 dirijo Web4, mi propio estudio creativo freelance de Diseño Gráfico y Web, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina)
Me especializo en el desarrollo de identidad visual, comunicación institucional, web sites y tiendas online, diseño editorial, catálogos, revistas y diseño de packaging, entre otros.